Paseo por un jardín mediterráneo

Mar Martínez Leonard (texto y fotografía)

El sol ha ido desapareciendo lentamente detrás de las rocas y ya casi está en penumbra la playa. Arriba, la nueva construcción del parque recorre la antigua ruta junto al litoral, cayendo directamente a la cala contigua.

Tu pisada, azul y polifragante, avanza entre pinos, eucaliptos, olivos, glorietas y miradores, pintando la montaña de añil, ocre y esmeralda. Este pulmón verde es un lugar muy especial para pasear, con alguien o en solitario. Ayer mismo unos recién casados se fotografiaban en su entorno mágico.

Qué hermoso es imaginar la evolución natural de este parque reconstruido dentro de un siglo. Qué esperanzador, soñar que podremos conservar jardines mediterráneos como éste, y traspasar su valor infinito a generaciones futuras en un planeta habitable.