MEMENTO

(1)

Por Juancho Solís de Ovando

No me acuerdo de tus besos,

no me acuerdo

pero cuando siento la brisa de unos labios

temblando entre los míos,

soy nuevamente el ciego

aferrado a tus manos de luna.

.

No me acuerdo de tu risa,

no me acuerdo

pero cuando escucho a los niños susurrando

un secreto bajo los árboles,

se me aparece tu voz

detrás de tu luz suspendida y sola.

.

No me acuerdo de tus caricias,

no me acuerdo

pero cuando siento a los pájaros

aletear junto a mi ventana,

mi alma se cobija otra vez

en el fondo de tus cabellos de niña.

.

No me acuerdo de tus ojos,

ya no me acuerdo

pero si el ruido se desprende

desde el fondo de la tierra

y, sin aviso, se desliza

hacia mis pensamientos prohibidos,

me sorprendo escudriñando

como un minero furtivo

las últimas razones

de nuestro amor desdichado.

——————————

Imágenes: Sulayr Egea (1) Mar de fondo, y (2) Nocturno; acrílico sobre lienzo https://www.instagram.com/sulayr_egea/


LECTURA DEL AUTOR, grabación de Lunnático

(2)

By Juancho Solís de Ovando

I don’t remember your kisses,

I don’t remember

but when I feel the breeze of some lips

trembling among mine,

I am a blind man again

clinging to your moon hands.

.

I don’t remember your laughter,

I don’t remember

but when I hear the children whispering

a secret under the trees,

your voice appears to me

behind your light

suspended and alone.

.

I don’t remember your caresses,

I don’t remember

but when I feel the birds

flapping by my window,

my soul is sheltered again

at the bottom of your girlish hair.

.

I don’t remember your eyes anymore,

I don’t remember

but if a noise comes off

from the bottom of the earth

and, without warning, it slides

towards my forbidden thoughts,

I catch myself scrutinizing

like a furtive miner

the last causes

of our unhappy love.

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Translation: Mar Martínez

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Images: Sulayr Egea (1) Mar de fondo (Groundswell), and (2) Nocturno (Nocturnal); acrylic on canvas https://www.instagram.com/sulayr_egea/

El Café de Andrea / Andrea’s Café / IL CAFFÈ DI ANDREA

Por Mar Martínez Leonard

El café de Andrea

Me siento junto a Sean Connery, Lana Turner, Burt Lancaster y María Félix. Música clásica mece suavemente la mañana. Es lunes de Pascua en Almuñécar. Andrea, siempre en la barra, nos prepara un capuchino y un café americano, y nos ofrece una cookie de chocolate. Grazie mille. Tan auténtico que mi taza sabe a Italia y a cine clásico. Cierro los ojos y casi puedo oír a los gondoleros flotando a la deriva sobre agua bajo la mesa. Hay un murmullo de palabras provenientes de Florencia, Viena, Nueva York, Sevilla y México. Un crisol de bebedores de café se eleva en el alma. Lejos de fronteras políticas, abrazamos este momento de aldea global.

Fotografías de Galileo Contreras Alcázar

By Mar Martínez Leonard

Andrea’s Café

I sit with Sean Connery, Lana Turner, Burt Lancaster and María Félix. Musica classica softly rocks the morning. It is Easter Monday in Almuñécar. Andrea, always at the bar, prepares us a cappuccino and an americano, and offers a chocolate cookie. Grazie mille. So authentic, my cup tastes of Italy and of classic cinema. I close my eyes and I can almost hear the gondoliers gently drifting on fresh water under the table. There’s a murmur of words coming from Firenze, Vienna, New York, Seville and Mexico. A melting pot of coffee drinkers rises in the soul. Far away from political borders, we embrace this global village moment.

Photos by Galileo Contreras Alcázar

Di Mar Martinez Leonard

Il Caffè di Andrea

Mi siedo con Sean Connery, Lana Turner, Burt Lancaster e María Félix. Musica classica culla dolcemente la mattina. È lunedì di Pasqua ad Almuñécar. Andrea, sempre al bar, ci prepara un cappuccino e un caffè americano, e ci offre un biscotto al cioccolato. Grazie mille. Così autentico che la mia tazza sa di Italia e di cinema classico. Chiudo gli occhi e riesco quasi a sentire i gondolieri che scivolano sull’acqua sotto il tavolo. C’è un mormorio di parole provenienti da Firenze, Vienna, New York, Siviglia e Messico. Un crogiolo di bevitori di caffè si alza nell’anima. Lontano dai confini politici, abbracciamo questo momento di villaggio globale.

Fotografie di Galileo Contreras Alcázar

La sirenita del Mediterráneo

Por MAR MARTÍNEZ LEONARD

Hace muchos años vivía a orillas del Mar Mediterráneo una muchacha excepcionalmente bella llamada Marina. Era hija única y su padre murió siendo ella muy joven. Algún tiempo después, su madre enfermó de gravedad y Marina se dedicó por completo a cuidarla. La única distracción de la muchacha era bajar por las noches cerca del mar cuando su madre estaba dormida.

Cada noche, Marina iba hasta la playa y se sentaba sobre las rocas. Muchos pretendientes la cortejaban, atraídos por su mirada hechicera, su dulce voz y su largo pelo coral ondulado. Pero ella rechazaba a todos y cada uno de los muchachos que la pretendían mientras estaba posada sobre el arrecife: “No tengo tiempo de encontrarme con nadie”, les decía, “ estoy muy ocupada”.

Poco a poco, Marina se volvió taciturna y contemplativa. Durante sus salidas nocturnas escuchaba las olas romper y observaba la luz de la luna y las estrellas reflejarse en el agua plateada del Mediterráneo. Sus pasos desprendían un aire místico y parecía estar fascinada por el melodioso canto de las aves que nadaban sobre el mar. En algún momento, se empezó a rumorear que había perdido la razón, y estas habladurías llegaron incluso a oídos de su madre.

Un día su madre, intrigada, le preguntó cuál era el motivo de sus visitas nocturnas a la playa, a lo que Marina respondió: “Madre, voy al encuentro de mi amado el Mar”. Muy sorprendida, ella exclamó con inquietud: “¡Hija mía, si sigues así, te convertirás en pez!”

Pero esto no hizo que Marina dejara de bajar a la playa cada noche para sentarse junto al mar y contemplarlo mientras su madre descansaba. Y poco después de esta conversación, la madre de Marina falleció. Tras sepultarla, cuentan los ancianos que Marina bajó a la playa una noche, se desvistió, se adentró en el mar y nunca más se la volvió a ver salir del agua.

Desde entonces se dice que en las noches de luna llena se divisa sobre los peñones de Almuñécar la silueta de una sirenita tumbada observando el horizonte, que después flota sobre las olas y se sumerge en su agua argentada.

En días nublados, se siente un revolotear junto a la lápida de su difunta madre, y una figura invisible se posa en arbustos de buganvillas rojas y doradas, guardando la tumba con su fresco vuelo azul.


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