La sirenita del Mediterráneo

Por MAR MARTÍNEZ LEONARD

Hace muchos años vivía a orillas del Mar Mediterráneo una muchacha excepcionalmente bella llamada Marina. Era hija única y su padre murió siendo ella muy joven. Algún tiempo después, su madre enfermó de gravedad y Marina se dedicó por completo a cuidarla. La única distracción de la muchacha era bajar por las noches cerca del mar cuando su madre estaba dormida.

Cada noche, Marina iba hasta la playa y se sentaba sobre las rocas. Muchos pretendientes la cortejaban, atraídos por su mirada hechicera, su dulce voz y su largo pelo coral ondulado. Pero ella rechazaba a todos y cada uno de los muchachos que la pretendían mientras estaba posada sobre el arrecife: “No tengo tiempo de encontrarme con nadie”, les decía, “ estoy muy ocupada”.

Poco a poco, Marina se volvió taciturna y contemplativa. Durante sus salidas nocturnas escuchaba las olas romper y observaba la luz de la luna y las estrellas reflejarse en el agua plateada del Mediterráneo. Sus pasos desprendían un aire místico y parecía estar fascinada por el melodioso canto de las aves que nadaban sobre el mar. En algún momento, se empezó a rumorear que había perdido la razón, y estas habladurías llegaron incluso a oídos de su madre.

Un día su madre, intrigada, le preguntó cuál era el motivo de sus visitas nocturnas a la playa, a lo que Marina respondió: “Madre, voy al encuentro de mi amado el Mar”. Muy sorprendida, ella exclamó con inquietud: “¡Hija mía, si sigues así, te convertirás en pez!”

Pero esto no hizo que Marina dejara de bajar a la playa cada noche para sentarse junto al mar y contemplarlo mientras su madre descansaba. Y poco después de esta conversación, la madre de Marina falleció. Tras sepultarla, cuentan los ancianos que Marina bajó a la playa una noche, se desvistió, se adentró en el mar y nunca más se la volvió a ver salir del agua.

Desde entonces se dice que en las noches de luna llena se divisa sobre los peñones de Almuñécar la silueta de una sirenita tumbada observando el horizonte, que después flota sobre las olas y se sumerge en su agua argentada.

En días nublados, se siente un revolotear junto a la lápida de su difunta madre, y una figura invisible se posa en arbustos de buganvillas rojas y doradas, guardando la tumba con su fresco vuelo azul.


Paseo por un jardín mediterráneo

Mar Martínez Leonard (texto y fotografía)

El sol ha ido desapareciendo lentamente detrás de las rocas y ya casi está en penumbra la playa. Arriba, la nueva construcción del parque recorre la antigua ruta junto al litoral, cayendo directamente a la cala contigua.

Tu pisada, azul y polifragante, avanza entre pinos, eucaliptos, olivos, glorietas y miradores, pintando la montaña de añil, ocre y esmeralda. Este pulmón verde es un lugar muy especial para pasear, con alguien o en solitario. Ayer mismo unos recién casados se fotografiaban en su entorno mágico.

Qué hermoso es imaginar la evolución natural de este parque reconstruido dentro de un siglo. Qué esperanzador, soñar que podremos conservar jardines mediterráneos como éste, y traspasar su valor infinito a generaciones futuras en un planeta habitable.


A JOHN LENNON

Por JOSÉ GALILEO CONTRERAS

La luz de la mañana resplandece

y el beso de los buenos días aún no sabe a café

la calefacción cobijó los sueños

que despiertan en Yucatán

con la TV anunciando el paraíso

entre el ser y el querer ser

la carroña y la carnada

lo vivo y lo muerto.


Pero los dioses también mueren

suena “All you need is love”

y en la fotografia falta tu imagen

que mañana amanecerá en nuevo día.

….

IMAGINA LA PAZ

Recordamos al artista, músico, cantautor, compositor, poeta, dibujante, escritor, pacifista, actor y activista inglés John Winston Ono Lennon, en el cuadragésimo aniversario de su muerte.

John Lennon fue asesinado a los 40 años por un fanático que le disparó cinco veces por la espalda a la salida de su departamento en Nueva York el 8 de diciembre de 1980.

La Fundación FEMEBA estima que 251.000 personas mueren cada año por lesiones con arma de fuego, y que seis países de América (Brasil, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, México y Venezuela) reúnen la mitad del total mundial de los casos.

Q.D.E.P.

……………

NUBE ALBAR

Estoy brincando de alegría esta mañana. Entramos en el elevador y Kenji parece inquieto: las luces, los espejos, y esta doble compuerta que se cierra tan cerca de mi nariz. Siento que me jalan desde atrás con suavidad, pero con firmeza. Oigo la apertura automática tintinear, desencarcelándonos en el espacio hacia nuestro tiempo de recreo fuera del portal. Libertad de movimiento: el portón y la calle nos aguardan. Doy saltos celestes desde la acera hasta el parque. El cielo, veloz y luminoso, nos saluda. Quiero escalar el aire para sentarme a tomar sol en aquella nube albar.

MAR MARTÍNEZ LEONARD (Texto y fotografía)


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